La equidad de género se presenta como un imperativo moral y una necesidad esencial para la construcción de sociedades justas, inclusivas y sostenibles. A menudo, mujeres y minorías comparten los mismos escenarios, pero enfrentan condiciones menos favorables. El objetivo de la equidad de género es garantizar que hombres y mujeres gocen de las mismas oportunidades, condiciones y trato, reconociendo al mismo tiempo las particularidades de cada individuo.
En la actualidad las mujeres han alcanzado importantes logros, pero todavía enfrentan desafíos significativos en su camino hacia la equidad. Las cifras revelan que aún estamos lejos, según el Foro Económico Mundial de 2023, se necesitarían 131 años para cerrar la brecha de género, 169 años para lograr la paridad económica y 162 años para alcanzar la paridad política.
En el caso de Perú, la realidad no difiere mucho. A pesar de haber experimentado un avance en el Índice Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial, escalando 26 posiciones desde 2006 y ubicándose en el puesto 34 entre 146 naciones en 2023, persisten desafíos significativos, sobre todo en el ámbito del mercado laboral pues la verdadera barrera no radica únicamente en la presencia de mujeres en el mercado sino en la naturaleza misma de los empleos disponibles y en la calidad de los ingresos que estos generan. Las mujeres suelen ocupar trabajos más precarios, según datos de la EPEN, el 44% de mujeres se desempeña en trabajos independientes o del hogar, mientras que la cifra se reduce a 37% en hombres. Es evidente que una considerable proporción de mujeres en Perú se ve forzada a desempeñar roles informales con remuneraciones insuficientes.
Ser mujer aún representa obstáculos, es lidiar con roles de género y sus trabas sociales, por lo que avanzar en la ruta hacia la equidad es un tema urgente pero este camino no solo implica un beneficio para las mujeres, sino que también se traduce en ventajas para el país, la sociedad y las empresas
¿Cuáles son los Impactos Positivos del Camino hacia la Equidad de Género?
Si la brecha de género desapareciera, se añadiría al PIB mundial entre 12 y 28 billones de dólares en el 2025, según estimaciones del Bank of America. Para ponerlo en perspectiva, esa cifra es equivalente a la riqueza combinada de China y Estados Unidos.
Tengamos en cuenta que:
- Las empresas que fomentan una cultura diversa e inclusiva superan a sus competidores.
- La diversidad de género impulsa el rendimiento, la innovación y mejora los estándares ambientales, sociales y de gobernanza. Según el informe, “Lifting Global Growth by Investing in Women” de BLACKROCK (el mayor fondo de inversión mundial), cuanto más equilibrada está la fuerza laboral de una compañía, mayor es el RoA (relación entre el beneficio obtenido y los activos de la empresa). Las empresas superaron a sus pares con menos diversidad en RoA, hasta en 1,6 p.p. 29% por año, de media, entre 2013 y 2022.
- La paridad es más ventajosa que la preponderancia, ya sea de hombres o de mujeres.
Entonces, ¿cómo avanzamos en esta ruta?
Como sociedad; nos toca cuestionar los estereotipos de género y desafiar las barreras culturales que asignan comportamientos típicos de hombres y mujeres, creando barreras culturales que limitan la equidad de género. Estas generalizaciones no científicas pueden llevar a un trato desigual e injusto, restringiendo las opciones de carrera, contribuyendo al sexismo y perpetuando las brechas laborales ya existentes.
Las empresas tienen la oportunidad de liderar el camino integrando la equidad de género en sus procesos y estableciendo políticas claras y sostenibles que permitan cerrar las principales brechas laborales.
A continuación, presentamos una recopilación de las mejores prácticas extraídas de organizaciones líderes en el análisis de información sobre las brechas de género, como Aequales a nivel latinoamericano, McKinsey y Deloitte a nivel mundial:
- Medir y Gestionar: El seguimiento de los resultados es fundamental para cualquier iniciativa empresarial exitosa. La mayoría de las empresas hacen esto de manera constante cuando se trata de lograr sus objetivos financieros, pero pocas aplican el mismo rigor al avance de las mujeres.
- Tomar acción: Garantizar la equidad de oportunidades a través de procesos de inclusivos, desde los procesos de selección, línea de carrera, líneas de sucesión, etc.
- Impulsar el Liderazgo Femenino: Incrementar la representación femenina en roles claves a través de programas de capacitaciones, mentoría y sponsorship pueden ayudar a mitigar estos y otros problemas que ralentizan el desarrollo profesional de las mujeres. En el entorno empresarial del país, las mujeres en puestos clave no superan el 20%.
- Apostar por la flexibilidad laboral: La flexibilidad laboral es crucial para equilibrar las responsabilidades de cuidado, principalmente asumidas por las mujeres. En Perú, las mujeres dedican un 38% de su tiempo a labores del hogar, mientras que los hombres solo un 24% (Centrum PUCP). Según el informe más reciente de McKinsey en colaboración con LeanIn.Org, tanto hombres como mujeres consideran la flexibilidad como uno de los principales beneficios laborales.
- Cerrar la brecha salarial: Se requieren acciones inmediatas, no solo para garantizar el cumplimiento de las regulaciones, sino para actuar como un complemento más allá de lo que es requerido por ley, como calcular y auditar salarios. Según el INEI, de abril de 2022 a marzo de 2023, las mujeres en Perú ganan en promedio S/73,5 por cada S/100 que ganan los hombres, evidenciando una brecha del 26,5%.
- Dar un paso al futuro: la tecnología, nuestra aliada para mitigar los sesgos inconscientes que impactan nuestras acciones sin que lo percibamos. Estos sesgos de género pueden influir en el acceso, avance y el liderazgo de las mujeres en el ámbito laboral.
- Extender los beneficios de la equidad de género a la cadena de valor.
- Incluir el enfoque Interseccional: Evaluar programas de desarrollo con una perspectiva interseccional, incluir y entender a todas las mujeres en su diversidad.
- Fomentar una cultura de prevención frente al hostigamiento sexual: Las organizaciones deben promover una cultura de prevención del hostigamiento sexual en lugar de centrarse en la sanción. Esto implica capacitar a líderes, equipos y partes interesadas, así como implementar herramientas de diagnóstico e intervención para desarrollar planes de acción personalizados. Según la encuesta ELSA del 2023, el 12% de las personas ha experimentado hostigamiento sexual en el entorno laboral. Asimismo, es imperativo abordar de manera contundente la violencia de género.
Es esencial que los países pongan en primer plano la equidad de género en sus agendas políticas y se centren en acciones concretas, especialmente en un momento en el que los eventos económicos y políticos actuales plantean desafíos significativos. Si no abordamos estos desafíos de manera efectiva, podríamos enfrentarnos a impactos negativos para nuestras economías, sociedades y comunidades. Estos problemas incluyen problemas como el incremento de la pobreza, el aumento de la violencia de género, la brecha de analfabetismo, una mayor probabilidad de empleo informal y el riesgo de mayor cantidad de embarazos adolescentes.
Abordar estos desafíos implica aumentar la participación de las mujeres en posiciones de liderazgo, poner fin a la violencia de género, invertir en infraestructura de cuidado, establecer leyes que promuevan la igualdad económica y fomentar la educación en tecnologías de la información.
Es fundamental que tomemos medidas concretas para construir un futuro más justo y equitativo. Este compromiso nos involucra a todos y todas, así como a empresas y gobiernos, en la búsqueda de un cambio genuino y perdurable.
¡Juntos/as, podemos construir un mundo donde la igualdad de oportunidades y el respeto mutuo sean la norma!